En principio, el kirchnerismo no tiene prevista ninguna manifestación pública contraria al anuncio de este miércoles del pago de los bonos de fin de año para beneficiarios del programa Potenciar Trabajo y para trabajadores registrados con salarios de hasta $185.000. Pero la medida, anunciada por las ministras Kelly Olmos y Victoria Tolosa Paz tras una reunión en el despacho presidencial con Alberto Fernández y Sergio Massa, deja, según confiaron a este diario desde el kirchnerismo, «sabor a poco».
Hacía meses que el sector referenciado en Cristina Kirchner presionaba a la Casa Rosada con el otorgamiento de una suma fija para los trabajadores y trabajadoras como una forma de compensación por los efectos de la inflación, cuyo índice de noviembre será oficializado este jueves.
Para el kirchnerismo, ese incremento debía incorporarse al salario, una iniciativa que tuvo a la propia ex Presidenta y a su hijo Máximo Kirchner, el jefe de La Cámpora y del PJ bonaerense, como sus principales impulsores en el debate público, pero aún más en privado. El Presidente lo rechazó de cuajo, en más de una ocasión, en buena medida para mantener la alianza que Fernández jura todavía mantener con la cúpula de la CGT: los sindicalistas no estaban dispuestos a perder las paritarias como su principal herramienta de negociación salarial y de poderío interno.
El anuncio de este miércoles, que será oficializado en estas horas en el Boletín Oficial, incluyó el pago de un bono por única vez de $13.500 en dos cuotas -una antes de Navidad, otra en Reyes- para los beneficiarios del Potenciar Trabajo, y de $24.000 para los trabajadores registros con sueldos de hasta $185.000 -el equivalente a tres salarios Mínimos Vitales y Móviles- que, en el caso de las pymes, podrá ser deducible la mitad en el impuesto a las Ganancias.
Según resaltaron desde el kirchnerismo a Clarín, desde ese sector se pretendía en todo caso sostener el incentivo no solo por un mes, si no por al menos «cuatro o cinco meses» para contrarrestar los fenomenales aumentos de precios.
«Esa era la propuesta original», subrayaron desde una de las oficinas K. Abundaron, en esa línea, en que era también la idea de Massa. La decisión final la tuvo el Presidente, que en su última gira por Francia, antes del episodio médico en Bali, había desterrado la opción de otorgar una suma fija: «Las paritarias funcionan plenamente y hay que dejarlas funcionar», aseveró desde París, en línea con el discurso oficial de la Casa Rosada.
El que le contestó fue el ministro Eduardo «Wado» de Pedro, en TN. «Algunos entendemos que es necesario redistribuir para mejorar la calidad de vida de la sociedad y otros entienden que esa redistribución se tiene que hacer solo con paritarias», argumentó el dirigente de La Cámpora.