En las últimas horas la gobernadora de la provincia salió a cuestionar a las organizaciones sociales, en línea con los dichos de la Vicepresidenta. Grave equivocación cometen: estas declaraciones en definitiva lo único que afirman es la negación de la pobreza y la desigualdad que atraviesa nuestra provincia y donde fueron y son las organizaciones quienes se pusieron las necesidades al hombro y salieron a dar respuestas en el territorio junto a los/as vecinos/as, ante la ausencia del Estado.

La situación de pobreza en la provincia, según datos del INDEC desde el segundo semestre del 2016 era del 13,4% ha crecido hasta el segundo semestre del 2021 dando como resultado 35,1%. Esto deja en evidencia la poca capacidad que ha tenido la gobernadora en generar trabajo y reducir los índices de pobreza en Santa Cruz siendo ella la gobernadora desde el 2015.

El crecimiento de las organizaciones sociales es producto del abandono y la poca capacidad de respuestas del gobierno ante la necesidad de la gente. Si crecieron los comedores y merenderos queda claro que las familias necesitan un plato de comida y esto no es relato, es la realidad.
Agazapados en su discurso “pseudoperonista”, ya que desde el 2012 no se crea empleo privado en la Argentina, esconden en el fondo la molestia de que seamos las organizaciones quienes visibilicemos la pobreza que existe.

Y esta pobreza que tanto ocultan en sus relatos tiene cara de mujer también, porque mostraron la incapacidad y la poca voluntad de poder incluirlas dentro del mercado laboral, les molesta que se organicen en merenderos y comedores, como únicos lugares que encontraron para empoderarse y poder discutir las necesidades cotidianas.

Los movimientos populares construimos herramientas de lucha y ponemos en agenda las desigualdades de los que menos tienen, pero también logramos mejorar las condiciones de vida de una parte de la población que viene siendo excluida por acción u omisión del gobierno.
Un gobierno que hoy dice que las organizaciones sociales molestan pero que en el fondo lo que pretenden es apropiarse y hacer clientelismo del programa “Potenciar Trabajo”, viejas o no tan viejas prácticas políticas de las cuales saben mucho en esta provincia. Dejar estos programas en manos del estado provincial, los municipales y sus punteros, no tendrá otro resultado del que ya venimos viendo y conocemos muy bien: la transparencia y la regulación la tienen bien flojita.

Barrios de Pie