La diputada nacional Roxana Reyes respondió con contundencia a las críticas del intendente de Río Gallegos, Pablo Grasso, quien cuestionó su labor legislativa. Reyes recordó las múltiples denuncias por malversación de fondos que pesan sobre él, tanto durante su gestión al frente del Instituto de Desarrollo Urbano y Vivienda (IDUV) como en la Municipalidad de Río Gallegos.
«Grasso fue denunciado por los sobreprecios en la construcción de una cancha de fútbol en Río Gallegos y por muchas obras que no se hicieron, o se hicieron a medias, en escuelas de la provincia», señaló Reyes. Además, mencionó que «pagó 6 millones de pesos a una empresa para realizar una rotonda en el San Benito, pero la obra no duró ni siquiera dos días y comenzó a destruirse». También recordó que «llamó a dos licitaciones para construir una misma obra: la sede del IDUV que debía costar 23 millones de pesos y ahora supera los 60 millones».
La diputada también hizo hincapié en la deuda acumulada por la Municipalidad de Río Gallegos con la Caja de Servicios Sociales de Santa Cruz, lo que afecta la atención médica de los santacruceños. «No se puede vivir en la mentira; hay que pagar las deudas», sentenció Reyes, criticando la gestión irresponsable de Grasso. «Grasso pasea su flota de camionetas, pero eso lo paga la salud de toda la provincia», añadió.
Además, Reyes aseguró que la crítica situación financiera de Santa Cruz no es culpa de la gestión del actual gobernador Claudio Vidal, sino del partido político que Grasso defendió y militó durante años: el kirchnerismo. Según la diputada, las decisiones tomadas durante décadas por el kirchnerismo dejaron a la provincia sumida en un profundo déficit y una infraestructura devastada.
«La corrupción daña y mata, y la desidia también», concluyó Reyes, en referencia al estado crítico de las escuelas bajo la gestión de Grasso en el IDUV y la falta de fondos en áreas esenciales.